sábado, 3 de septiembre de 2016

Bizcocho de harina de teff y trigo sarraceno con chocolate




¡Ya estoy de nuevo en la cocina! Tenéis que disculparme, por este parón tan grande, pero mudarnos de 3 países y experimentar con el horno me ha resultado muy complicado. De todos modos, he ido recopilando información y nuevas cosas que hacer para compartir con vosotros.

Tengo de decir que cada vez soy más permisiva con el azúcar, al igual que con los helados (cosa que he experimentado este verano con la Thermomix de mi madre) y he visto que químicamente actúa de una forma que prescindir de él supone que no salga igual de bien. De todos modos, elegir o no el modo de endulzar va a elección de cada uno. 

He descubierto una harina nueva (para mí, claro) que es la de Teff. Es un cereal de origen etíope. Tiene un alto contenido en hierro y proteína, y es una buena fuente de fibra y calcio. De hecho, es el cereal con mayor contenido de calcio. Y es libre de gluten. Investiga en internet, por ejemplo en la fantástica web de evamuerdelamanzana.com que lo explica muy breve y muy bien.

¡Así que a probar!



INGREDIENTES
  • 125 gr de harina de trigo sarraceno
  • 125 gr de harina de teff
  • 150 gr de chocolate negro para derretir
  • 110 gr de panela o edulcorante elegido
  • 110 ml de aceite de oliva o sésamo
  • 1 sobrecito de levadura
  • 3 huevos
  • Esencia de vainilla (4/5 gotas)


PROCEDIMIENTO

Enciende el horno a 180º. Mientras calienta al baño María el chocolate hasta derretirlo y deja enfriar un poco antes de mezclar. 

En un cuenco grande, mezcla las harinas y la levadura. Por otro lado, en otro cuenco bate los huevos, aceite y añade el azúcar y remueve bien hasta que quede bastante homogéneo. 
Yo he usado panela, pero puedes endulzar con lo que quieras, teniendo en cuenta que la miel endulza más y seguramente necesites menos cantidad. También dependerá de lo dulce que quieras el bizcocho. 
A esta mezcla le añadimos el chocolate derretido que se habrá espesado un poco (no dejes que esté demasiado denso o no podrás mezclarlo bien, se quedarán grumos). Añadimos también las gotas de esencia de vainilla. Si no tienes, puedes añadir de otros aromas como limón, naranja...o incluso canela en polvo.

A la mezcla húmeda, le vamos añadiendo poco a poco la mezcla seca (de harinas y levadura). 
Se va espesando notablemente. Como he dicho anteriormente, no es un bizcocho demasiado esponjoso, cosa que ya empieza a notarse en la masa cruda.
Una vez que esté todo bien mezclado, lo vertemos en un molde.
Yo usé uno rectangular, el típico, pero puedes usar el que quieras. Teniendo en cuenta de no llenarlo hasta arriba porque crecerá casi la mitad más.

Después lo metemos al horno y lo dejamos 30' a 180º a una altura media. ¡Llevad cuidado con las temperaturas! Cada horno calienta diferente, vosotros lo controláis mejor. Cuidado que no se queme, que al ser de color oscuro...¡puedes no darte cuenta!


Una vez hecho y enfriado puedes hacer varias cosas. Comértelo solo, como un bizcocho normal. Abrirlo por la mitad y ponerle mermelada de albaricoque. Yo no tenía de ese sabor, así que le puse de arándonos. O crema de chocolate (Nutella comúnmente conocida).

Personalmente, desde que descubrí la marca de Rigoni di Asiago no uso otra. Las mermeladas no están hechas con azúcar, sino con zumo de manzana. Y las cremas de chocolate están increíblemente buenas; sí llevan azúcar, pero no en su primer ingrediente. Además tienen una que no lleva leche.

¡Bueno, espero que disfrutéis tanto como lo hemos hecho nosotros en casa!





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